Belimumab se usa como tratamiento adicional para pacientes de 5 años en adelante con lupus eritematoso sistémico activo que tienen autoanticuerpos positivos y una alta actividad de la enfermedad, incluso cuando siguen un tratamiento estándar. También se emplea junto con terapias inmunosupresoras para tratar a adultos con nefritis lúpica activa. Entre sus principales efectos secundarios se incluyen bronquitis, faringitis, náuseas y migrañas. Se debe tener precaución en pacientes con insuficiencia renal grave y aquellos con infecciones crónicas o recurrentes. No se recomienda su uso en casos de lupus del SNC activo grave, VIH, hepatitis B o C, hipogammaglobulinemia o antecedentes de trasplante de órganos. Durante el embarazo, no debe utilizarse a menos que sea absolutamente necesario, y durante la lactancia, se debe considerar si interrumpir la lactancia o el tratamiento basándose en los beneficios para la madre y el niño. Es crucial monitorizar a los pacientes por posibles reacciones alérgicas y eventos psicológicos, como depresión o pensamientos suicidas. Evitar vacunas de virus vivos mientras se administra el tratamiento.