Fluconazol y Tinidazol se utilizan en conjunto para tratar infecciones vaginales mixtas causadas por diversos organismos como Candida, Trichomonas, Gardenella vaginalis y bacterias anaerobias. El fluconazol es un antimicótico que se emplea en el tratamiento de infecciones por hongos y levaduras en diversas partes del cuerpo, incluyendo la meningitis por criptococo, candidiasis sistémica, candidiasis oral y vaginal, y dermatomicosis. El tinidazol es un antimicrobiano que actúa contra bacterias anaerobias y protozoos. No se recomienda el uso de fluconazol durante el embarazo a menos que sea absolutamente necesario, y debe evitarse durante la lactancia, ya que pasa a la leche materna en concentraciones similares a las del plasma. Algunas advertencias incluyen la posibilidad de incrementos en las enzimas hepáticas y reacciones cutáneas graves, especialmente en pacientes con SIDA. Entre las reacciones adversas destacan náuseas, vómitos, dolor abdominal y erupciones cutáneas.