Diclofenaco se utiliza para aliviar el dolor y la inflamación local leves, como pequeños golpes, contusiones, distensiones, tortícolis, contracturas, lumbalgias y esguinces leves. Es importante no aplicar el medicamento sobre ojos, mucosas, heridas abiertas o áreas extensas, ni usar vendajes oclusivos. Se debe evitar la exposición al sol en las áreas tratadas y no utilizar en niños menores de 6 años (gel) o menores de 18 años (parches). Los apósitos adhesivos deben usarse con precaución en personas con insuficiencia cardíaca, renal o hepática, así como en aquellos con antecedentes de úlcera péptica, inflamación intestinal o trastornos hemorrágicos. En el embarazo, no debe ser utilizado, especialmente en el tercer trimestre, a menos que sea indicado por un médico. Durante la lactancia, no se recomienda su uso ya que el diclofenaco se excreta en la leche materna y puede causar efectos adversos en el lactante. Las reacciones adversas más comunes incluyen irritación local, enrojecimiento, erupción cutánea y picazón, mientras que los parches pueden causar enrojecimiento y sensación de quemazón.