Clindamicina se utiliza principalmente para tratar el acné vulgar. Se aplica de manera tópica una o dos veces al día. No debe usarse en personas con hipersensibilidad a la clindamicina o la lincomicina, ni en niños menores de 12 años. Se debe tener precaución al usarlo en personas con antecedentes de colitis asociada a antibióticos, enteritis, colitis ulcerosa o enfermedad de Crohn, y en individuos atópicos. Es importante evitar el contacto con los ojos y las mucosas nasales y orales. Puede causar sequedad cutánea, eritema, sensación de quemazón, irritación periocular, exacerbación del acné, prurito, reacciones gastrointestinales y dolor abdominal. No se recomienda su uso durante el embarazo sin la evaluación cuidadosa de un médico. Durante la lactancia, es importante evaluar los beneficios y posibles riesgos, ya que no se sabe con certeza si la clindamicina se excreta en la leche materna y puede causar sensibilización y diarrea en el lactante.