Nafazolina se utiliza para aliviar temporalmente la congestión, el enrojecimiento y la irritación de los ojos provocados por agentes externos como humo, polvo, contaminación, ambientes secos, luz solar, agua clorada, y largos periodos de lectura o uso de pantallas. No se recomienda su uso en personas con hipersensibilidad a la nafazolina o en pacientes con glaucoma de ángulo estrecho. Se debe usar con precaución en personas con enfermedades cardíacas, hipertensión, asma, diabetes, enfermedades de la tiroides y durante el tratamiento con ciertos medicamentos (IMAO). No es recomendado para uso en niños. Puede causar efectos secundarios como dilatación pupilar, hipertensión, problemas cardíacos, hiperglucemia, náuseas y dolor de cabeza. Los estudios no han confirmado su seguridad durante el embarazo, por lo que solo debe usarse si el beneficio justifica el riesgo potencial para el feto. En el caso de la lactancia, no se dispone de información sobre su excreción en la leche materna, por lo que se debe decidir entre interrumpir la lactancia o el tratamiento según sea necesario.