Nafazolina se utiliza principalmente para tratar la obstrucción y la congestión nasal provocadas por inflamaciones, alergias o traumatismos. También es útil en casos de rinitis vasomotora y sinusitis, así como para adaptarse a cambios importantes en la presión atmosférica. Este medicamento puede causar quemazón, dolor y sequedad nasal, además de palpitaciones, hipertensión, dolores de cabeza, insomnio, mareos y debilidad. Prolongar su uso puede resultar en congestión de rebote y rinitis atrófica. Durante el embarazo, su uso solo se recomienda en ausencia de alternativas más seguras y debe ser limitado a periodos breves debido a la posible absorción sistémica; mientras que durante la lactancia, se debe evitar ya que no se conoce si se excreta en la leche materna.