Romiplostim se utiliza para tratar la trombocitopenia inmune primaria (PTI) en pacientes adultos y niños mayores de un año que no han respondido a otros tratamientos como corticosteroides o inmunoglobulinas. Un potencial efecto adverso es la aparición de infecciones del tracto respiratorio superior, dolores de cabeza, mareos y náuseas, entre otros. Se debe tener precaución en pacientes con insuficiencia renal y no se recomienda en aquellos con insuficiencia hepática moderada a grave a menos que el beneficio supere el riesgo. En el embarazo, no se han establecido suficientes datos de seguridad y, en estudios animales, se ha demostrado que puede atravesar la placenta, por lo que no debe utilizarse en mujeres embarazadas ni en aquellas que no usen métodos anticonceptivos. Durante la lactancia, se desconoce si el fármaco se excreta en la leche materna, por lo que se debe decidir entre interrumpir la lactancia o el tratamiento tras evaluar los beneficios para ambos. También es importante que los pacientes eviten actividades que requieran alta concentración como conducir si experimentan mareos.