Rituximab es un anticuerpo monoclonal utilizado para tratar diversas condiciones y enfermedades, principalmente tipos de cáncer como el linfoma no-Hodgkin y la leucemia linfática crónica, así como enfermedades autoinmunes como la artritis reumatoide y la granulomatosis con poliangeítis. También es efectivo en el tratamiento del pénfigo vulgar. En el caso de linfoma no-Hodgkin, se puede utilizar en combinación con quimioterapia o en monoterapia dependiendo del estadio y la respuesta a tratamientos previos. En combinación con metotrexato, trata la artritis reumatoide y para enfermedades como la granulomatosis con poliangeítis se combina con glucocorticoides. Las contraindicaciones incluyen hipersensibilidad, infecciones graves, y condiciones de inmunocompromiso severo. Se debe tener particular precaución con pacientes que tengan historial de enfermedades cardíacas, infecciosas o pulmonares. Su uso durante el embarazo no está recomendado a menos que el beneficio supere el riesgo potencial, ya que puede atravesar la placenta. Durante la lactancia, aunque se excreta en niveles muy bajos en la leche materna, no se recomienda amamantar durante el tratamiento y hasta seis meses después del mismo. Entre los efectos secundarios, destacan las infecciones, problemas hematológicos, y reacciones relacionadas con la perfusión.