Rhodiola Rosea es un adaptógeno utilizado tradicionalmente para aliviar los síntomas del estrés, como la fatiga y la sensación de debilidad. Su efectividad se basa en el uso tradicional más que en pruebas clínicas modernas. No se recomienda durante el embarazo y la lactancia debido a la falta de información suficiente sobre su seguridad en estas situaciones. Adicionalmente, no se recomienda su uso en niños y adolescentes menores de 18 años debido a la falta de información clínica. Al actuar como un adaptógeno, ayuda a aumentar la resistencia del cuerpo frente a diferentes tipos de estrés. No se conocen interacciones con otros medicamentos hasta la fecha, y su única contraindicación conocida es la hipersensibilidad al producto.