Calamina se utiliza como auxiliar en el tratamiento de la picazón causada por picaduras de insectos, quemaduras solares leves, sarpullido, dermatitis por contacto y otras irritaciones menores de la piel. Es especialmente útil en la fase subaguda de ciertas enfermedades dermatológicas después de la fase exudativa, como en la varicela. La calamina tiene una actividad desecante, refrescante y antipruriginosa, aliviando la picazón y proporcionando una sensación de frescor. No debe usarse en lesiones cutáneas infectadas y se debe consultar al médico si las molestias empeoran o persisten más de siete días. Durante el embarazo, su uso debe evaluarse cuidadosamente considerando los beneficios y riesgos potenciales, pero no ha mostrado efectos nocivos. No hay evidencia de que se excrete en la leche materna.