Alprazolam es una benzodiacepina utilizada para tratar la ansiedad generalizada, la ansiedad asociada a la depresión y los trastornos por angustia, con o sin agorafobia. Su uso está contraindicado en personas con hipersensibilidad a alprazolam, problemas severos de hígado, insuficiencia respiratoria grave, síndrome de apnea del sueño y glaucoma de ángulo cerrado. Puede causar efectos secundarios como depresión, somnolencia, problemas de memoria y mareos, además de riesgo de tolerancia y dependencia. Se debe utilizar con precaución en pacientes con antecedentes de abuso de alcohol o drogas y en ancianos. Durante el embarazo, solo debe usarse si los beneficios superan los riesgos potenciales para el feto. A pesar de que se excreta en pequeñas cantidades en la leche materna, su uso está contraindicado durante la lactancia.