Nicergolina se utiliza para tratar trastornos metabólicos vasculares cerebrales, como arterioesclerosis cerebral, trombosis y embolia cerebral, e isquemia cerebral transitoria. También puede ayudar en casos de cefaleas de origen vascular, hipertensión arterial y trastornos otovestibulares de origen vascular, como vértigos, acúfenos e hipoacusias. Las personas con hipersensibilidad a la nicergolina o que sufran de hemorragia aguda o colapso deben evitar este medicamento. Los efectos secundarios comunes incluyen enrojecimiento, sensación de calor y ligeros trastornos gástricos. Durante el embarazo, la nicergolina sólo debería usarse si el beneficio potencial justifica el riesgo para el feto. No se recomienda su uso durante la lactancia, ya que no se sabe si se excreta en la leche materna.