Amoxicilina y Bromhexina se utilizan en adultos y niños mayores de 2 años para tratar infecciones respiratorias como la exacerbación bacteriana aguda de la bronquitis crónica y la neumonía adquirida en la comunidad. Este medicamento no se recomienda en niños menores de 2 años ni en aquellos con peso corporal inferior a 10 kg. Las personas con insuficiencia renal, insuficiencia hepática o antecedentes de reacciones alérgicas graves a penicilinas deben tener precaución. En casos raros, pueden ocurrir reacciones cutáneas graves, y debe interrumpirse el tratamiento si aparecen. También podría haber riesgo de convulsiones en pacientes con ciertos factores de riesgo. Se observa la eliminación del fármaco en la leche materna; por lo tanto, durante la lactancia podría ser necesario interrumpirla si aparecen efectos secundarios en el lactante. En el embarazo, los estudios limitados en humanos no muestran un aumento significativo de riesgos, pero solo debe utilizarse si los beneficios potenciales superan los riesgos. Las reacciones adversas comunes incluyen diarrea y náuseas.