Oxcarbazepina se utiliza para tratar las crisis epilépticas parciales con o sin generalización secundaria, incluyendo crisis tonicoclónicas. Puede ser administrada tanto en monoterapia como en combinación, y está indicada para adultos y niños mayores de 6 años. En el embarazo se debe evaluar cuidadosamente su uso, ya que no se puede descartar un riesgo potencial para el neurodesarrollo del bebé y existe la posibilidad de malformaciones. Durante la lactancia, la oxcarbazepina se excreta en la leche materna, por lo que hay que considerar el riesgo para el bebé, aunque la exposición parece ser baja. Se deben monitorear los niveles séricos de sodio, particularmente al inicio del tratamiento. Puede causar hiponatremia y reacciones dermatológicas graves. Entre los efectos secundarios más comunes se incluyen somnolencia, mareos, náuseas y visión borrosa. Es importante suspender gradualmente el tratamiento y evitar el consumo de alcohol.