Loxoprofeno es un medicamento utilizado como antiinflamatorio y analgésico en el tratamiento de artritis reumatoide, osteoartritis, periartritis escapulo-humeral, y en procesos inflamatorios osteomusculares del cuello, hombro y brazo, así como en lumbalgias. También se emplea para aliviar el dolor y la inflamación después de cirugías, traumatismos y extracciones dentales, y para tratar inflamaciones agudas del tracto respiratorio superior (con o sin bronquitis aguda). Las principales advertencias incluyen evitar su uso en menores de 12 años, durante el último trimestre del embarazo y la lactancia. No debe administrarse a personas con alergia al loxoprofeno, úlceras pépticas, problemas graves de hígado, riñón, corazón o hematológicos, ni en aquellos con asma inducida por AINEs. Se debe tener precaución en pacientes con antecedentes de úlceras gástricas o asma. Las interacciones con otros medicamentos como hipoglucemiantes, antibióticos fluoroquinolonas, metotrexato, sales de litio y diuréticos benzotiazídicos pueden potenciar o disminuir efectos y conllevar riesgos de toxicidad. Los efectos secundarios comunes incluyen sarpullido, urticaria, somnolencia, dolor abdominal, náuseas, vómitos y úlceras pépticas con uso prolongado. En el embarazo, su seguridad no está garantizada y solo se debe usar si los beneficios superan los riesgos, especialmente en el tercer trimestre.