Acetilcisteína se utiliza para reducir la viscosidad del moco, facilitando su expulsión en condiciones como catarro y gripe. Es coadyuvante en enfermedades respiratorias con exceso de moco espeso como bronquitis aguda y crónica, EPOC y enfisema. También se aplica en casos más graves como la fibrosis quística y la asfixia neonatal. Además, sirve como fluidificante en infecciones de oído, sinusitis y ciertas patologías postquirúrgicas. Las contraindicaciones incluyen hipersensibilidad a la cisteína, úlceras gastrointestinales y asma grave. Durante el embarazo, su uso no es recomendable por falta de estudios concluyentes, y en la lactancia, también se desaconseja debido a la falta de información suficiente. Efectos adversos raros incluyen broncoespasmo, erupciones cutáneas y problemas gástricos. No debe combinarse con antitusivos ni ciertos antibióticos, y se debe separar su administración de sales de hierro y nitratos.