Óxido de Zinc se usa para proteger y aliviar temporalmente las afecciones irritativas leves de la piel, como escoceduras, irritaciones y erosiones superficiales causadas por quemaduras leves, eritema solar e intértrigo. Puede causar reacciones alérgicas como irritación local, picazón o urticaria, y sequedad de la piel. Se debe evitar el contacto con ojos, oídos y otras mucosas, y el uso prolongado puede generar acumulación de restos que aumenten la irritación. No se recomienda su uso durante la lactancia ni en las mamas de mujeres lactantes a menos que sea estrictamente necesario; lo mismo aplica durante el embarazo, considerando siempre los beneficios y riesgos.